Tanto tiempo viviendo en humedad, y hoy por
fin abría la ventana y dejaba que ráfagas de aire circularán por esos espacios
oscuros...Se sintió bien por unos instantes, hasta que de sopetón volvió a
cerrar las hojas de vidrio, pero con ojos asustados y maltrechos.
Y ¿qué pasaba si todos sus secretos se iban
con el viento y circulaban rebeldes por aquel "mundo irreal" como
ella lo llamaba? Un horror recorrió su espalda y se sintió desnuda entre lobos,
y creyó recordar que siempre lo había estado, pero esta vez era como si hasta
los huesos le pudieran ver. Pero lo que más melancólica y enajenada (mezcla
perfecta) la volvían, era el hecho de saber que hasta su sombra se había
marchado con las ululantes corrientes. Ya no podría alcanzarla, por más que
corriera, por más que gritará, pataleará y llorará, ya no volvería. Cosa triste
para ella, ya que aquel espectro de mechones blancos era el único que lograba
conectarla con la "irrealidad" de su realidad.
Pero, aún no era muy tarde, podía ver a su
sombra, moviéndose entre ramas y pájaros, quizás si se atrevería a sacar un pie
por la ventana, lograría atraparla. Lo malo, era sacar el pie, lo malo era
salir. Pero debería hacer un esfuerzo si quería a su sombra de regreso, debía
atreverse a interactuar con los personajes de Irrealidad, indagar en ellos si
su espectro andaba cerca o ya nunca más lo vería.
"¡Mucha distancia, pequeña! Ya se
perdió en las horas" le espetaron algunos en la cara...Pero no se daría
por vencida. Y decidió que si en verdad quería recuperar su sombra, tendría que
adaptar otra postura.
Y así lo hizo, por días y noches de
vagabundaje en los extraños páramos de Irrealidad; Hasta que ya, sintiéndose al
borde de la cansada locura y resuelta a tirar todo ahínco de días pasados, por
la borda; Un atardecer de otoño, vio los mechones blancos de su espectro
agitarse con viento de lluvias venideras. Y corrió, corrió, como nunca lo había
hecho, tropezando y cayendo. Ya a centímetros del espectro, paro en seco, con
el aire en un doloroso ir y venir desde la nariz hasta sus pulmones.
Lentamente, la sombra comenzó a girar la
cabeza en dirección hacia la loca criatura que se hallaba tras suyo, la miró,
como nunca antes lo había hecho, y los invisibles labios se entreabrieron, al
tiempo que le extendía su mano. La tomó, era suave y fría, pero firme.
"Mira, observa, siente...A lo que te he
traído. No soportaba verte entre tanta humedad, entre tanto olvido y silencio.
Si he escapado es para que tú me sigas, para que me busques y para que te encuentres
a ti misma. Sé, que no puedes sola, aún, por eso estoy aquí, para ayudarte en
esa transición...Tú eres tú, yo sólo soy lo que ayuda a ser tú...yo soy, el
único que te conoce como nunca nadie te conocerá, porque he vivido de tus
secretos, de tus penas, tus pocas alegrías...Y eso, a través de eones de
encierro, me han convertido a lo que llaman "amor", y en este
instante pasó de ser incorpóreo a hombre, a tu hombre, él único que te amará
tal cual, te conozco y nada me asusta de ti, cada detalle es lo que atrae más
día a día".
Y dicho esto, tomó forma humana, pero de lo
que nunca pudo deshacerse fue de los característicos mechones blancos que le
permitían seguir teniendo la esencia de sombra original.
No hay comentarios:
Publicar un comentario