Ya inmutable me encuentro en estas horas silenciosas, y mi
mente roza de vez en cuando entre locura y muerte. Esto debe sentirse en la
agonía.
Y unos cuantos ojos me escudriñan en la oscuridad, tras la
puerta que separa mi realidad a la de ellos, y me observan, siento que me
observan; Y puedo adivinar que luego
bajan la vista, y vuelven a observar.
Llevó años prisionera aquí, no lo sé con claridad, tal vez
sean milenios. Ni siquiera una pequeña luz, simple señal que atisbe en decirme
el correr del tiempo: noche-día, día-noche. No he visto caras, ni oído voces,
sólo presiento formas y ruidos que debo atribuir que corresponden a ellos
susurrando entre sí.
Mi último recuerdo, es una puerta abriéndose de par en par,
y por ella entraba una ráfaga de una tibia brisa estival, más allá de esa
imagen desenfocada, no desenpolvo nada más. Tampoco sé con certeza, si la
puerta se volvió a cerrar conmigo dentro.
No reconozco dimensiones del lugar en donde me tienen, sólo
bajo mis desnudos y congelados pies, logro experimentar la textura de
piedrecillas y tierra, y alguno que otro bicho cosquilleándome en los dedos.
Tengo frío, tengo hambre, tengo cansancio, y sólo me la pasó
de aquí y allá, no sabiendo cuando comienza un día o cuando termina una noche,
no sé si son las tres de la tarde o las cinco de la mañana.
Lo que me preocupa es que haya quedado sorda, ciega o muda,
las tres cosas juntas serían un desastre, sólo puedo entender el ruido que hace
mi cabeza y eso, lo defino como mi voz interna; Aquella se dirige a mí, como:
"pobre criatura".
¿Cómo he caído aquí? ¿De qué forma, fui traída sin que yo
pudiese percatarme del asunto?...
Ya no soy capaz de sentir, es como si fuera un todo y a la
vez la nada misma. Es como flotar, eso es bueno, quizás pueda pasar sobre ellos
y escapar. Pero, como no siento piel, no conozco mi estado...¿Estaré
encadenada, o sujeta por finos y elásticos hilos provenientes del techo? ¿tal
será mi encarcelamiento que ni siquiera levitando podré otorgarme la justa
libertad que creo merecer?
Y regresan, creo que en algún momento de mis meditaciones se
retiraron a decidir sobre mi futuro o algo parecido.
Esta vez, percibo ciertos calores desconocidos, me siento
transportada y no tengo control sobre mi ser; Y al fin después de tanto esperar
a verla, una luz me ciega, es potente, me hiere, pero fue tal la esperanza de
poder vislumbrar algo más que tinieblas, en las que me encontraba, que el dolor
no me importa.
Y también en estos momentos puedo distinguir voces, ¡sí, son
voces! parecidas a las que hace mi cabeza, inmediatamente diferencio tonos
graves y agudos, hasta letras que creí no conocer. Y esas letras formaron
frases devastadoras:
- Ya llevamos muchos años en esto, hemos hecho de todo,
darle baño de bacterías, exponerla a temperaturas insufribles, electricidad,
observarla día y noche...Y aún no obtenemos los resultados de su origen-. Y
otra voz, agregó:
- ¿Qué esperaban? Tiene más de 4,5 millones de años. Sus
propiedades habrán cambiado. Debimos dejársela al campesino que la encontró. A
fin de cuentas es sólo un pedazo de roca espacial.-