lunes, 13 de octubre de 2014

UN VIAJE SOBRE LA PROPIA SOMBRA...


"Hasta que paso... Se volvió completamente ..."

Vivimos albergados en tu sombra, sorbiendo tu dolor, cantando angustias. Buscamos alegrarte el paso de las horas visitando quimeras y lunas sumergidas, catedrales góticas y soles de estío..., No quisiste darnos un nombre, pero nosotros nos autoproclamamos como Legión, somos muchos.
Y llegaron los doctores. Se dijeron tus amigos, pero te tenían a punta de voltios. Te desnudaban para entrar en tus más íntimos rincones y encontrar que  eras inmanejable, salvaje como un gato acorralado.
Entre las paredes blancas del encierro, averiguamos que el tiempo era flexible. Aprendimos que el temblor en las rodillas también era nuestro cuerpo y el dolor podía separarse de la entraña y disgregarse. De remolino se nos hizo la memoria. La ventana hacia la calle era remota y el mundo nos pintaba de revés. ¿Qué había en la mirada del amor cuerdo cuando éste llegaba a visitarte y te rompía en mil pedazos para luego tener que remendarte?
Si pudiéramos recobrar cuanto los electrochoques nos robaron, habría un nuevo universo ante nuestra puerta. Pero los jirones de tu recuerdo que nos quedan son sólo ecos minerales, destellos inconexos.
Bienvenida a los benévolos calmantes y al carrusel interno que trepaba por tu sangre, y que acabó por detenerse. Nos encontramos en el silencio y nos volvimos murmullo. Le decías a todo que sí, que buenos días, por favor y muchas gracias. Te sentaban a la mesa con gente decente para terminar hablando de tus tratamientos y del último grito de la moda. Habías olvidado que la música a veces era verde transparente y que el tiempo resbalaba como en burbujas.
Era inevitable que llegase, el tiempo, las circunstancias, muchas y extrañas circunstancias; Alejaron de tu piel a esa mano que amante te acariciaba el cabello mientras dormías. Lo viste de lejos, agitarte la mano y decirte adiós, o al menos eso creíste. la verdad es que nosotros lo vimos desaparecer por la calle, sin siquiera voltearse un segundo a contemplar a la enloquecida.
Te confesamos que lo vimos un par de noches dormir sentado, sosteniendo entre las manos una pequeña pistola, te tenía miedo, por eso se largó. Como no nos creíste, te pusimos frente al espejo y te mostramos...Y en esa verdad se coló el oculto juego de infidelidad en que él y la vecina de frente participaban. Caíste de rodillas, con el llanto ahogado en un suspiro; Tuvimos que llevarte a la rastra hasta la ducha. En el ir a buscar toallas con que secarte, ni cuenta nos dimos de donde diablos sacaste el cuchillo y en que momento te lo clavaste en pleno pecho. Y el mundo se te vino abajo. Te quebraste y nos llevaste en línea recta hasta el infierno, al desierto en tu corte de espejismos, al nombre más profundo de la tierra. Te desplomaste y mezclaste en tu propia sangre. La calidez del ritmo persistente se abrió paso hasta tu corazón.
Conocimos tu pensamiento final: "Me rompiste la cabeza, como si tratarás de entender lo que me había pasado. Y luego me trajiste aquí...¿Por qué, para qué?".
Y así nos diluimos en tus gotas de sal roja, esas últimas lágrimas bien lloradas; Con todo que somos Legión y somos muchos...¿Por qué nunca quisiste darnos un nombre?